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Ejercicios en la piscina para mejorar la postura de hombros y espalda (segunda parte)

21 febrero, 2017

En el artículo anterior “Ejercicios en la piscina para mejorar la postura de hombros y espalda (primera parte)”, establecimos las medidas que se tienen que tomar para empezar una sesión de natación adecuada, ya sea por mejorar nuestra postura, nuestra salud o por pura recreación y diversión.

Ejercicios simples pre-natación como movimiento de los hombros contra la pared, hiperextensiones, flexión de torso y estiramientos de candado, pueden ayudar a calentar adecuadamente nuestros músculos y prepararnos para una actividad acuática como tal.

A lo largo de nuestra vida podemos desarrollar ciertas afecciones o molestias que repercuten en los músculos de nuestra espalda y hombros, como rutinas de trabajo intensas y desgastantes, posturas en el trabajo que atrofian, o hasta el estrés mismo de las actividades cotidianas.

La natación es una disciplina que nos beneficia enormemente, incluso en las mascotas mismas; refuerzan nuestros músculos, ayudan a que nuestras coyunturas tengan mejor movimiento y menos desgaste, y a mejorar el autoestima en sí.

Existen una serie de ejercicios en piscina que mencionaremos a continuación:

  1. Esta actividad es para personas que no han tenido contacto con el agua de alberca, o en su defecto para aquellas que no poseen mucha fuerza en sus músculos tanto en hombros como en espalda: natación con flotador. Es muy sencillo, solo necesitarás colocar tu cuerpo boca arriba, ayudándote del salvavidas o flotador y poniéndolo justo en la nuca. Posteriormente tendrás que hacer brazadas hacia atrás, cuidando siempre de mantener una postura recta, tanto en cuello y espalda. Al principio podrías hacer 10 repeticiones en 4 etapas, procurando descansar un par de minutos entre cada etapa; conforme vayas agarrando más confianza y más fuerza, entonces podrías realizar hasta 15 o 20 repeticiones en 5 etapas, pero solo será de acuerdo a como tú te sientas.
  2. Los ejercicios posteriores se podrían ya realizar sin la ayuda de un flotador. Por ejemplo, sería buena idea de que se hiciera una sesión de nado libre, porque es más sencillo, y en ese sentido podrías intentar una natación boca abajo o boca arriba; si es en alberca, sería buena idea nadar de orilla a orilla, ida y vuelta en 2 repeticiones boca arriba y otras 2 boca abajo (suponiendo que la alberca midiera 8 a 10 metros en su longitud). Eso para empezar, después ya se le pueden ir subiendo las repeticiones.
  3. Al haber dominado en cierto aspecto el ejercicio básico con flotadores, y luego haber pasado a algo intermedio como el estilo libre, entonces probablemente seremos aptos para realizar rutinas un poco más elevadas de nivel, por ejemplo, el estilo mariposa. Este estilo requiere de unos músculos más resistentes y potentes, si es que queremos ejecutar de manera adecuada el ejercicio y sobre todo, sin lastimarnos. Si logramos dominar el estilo mariposa, ten por seguro que lograrás reforzar los músculos de tu espalda, cuello y hombros, llegando incluso a verse muy bien, estéticamente hablando. De hecho, lo más recomendable es asesorarse antes con algún experto en natación para que puedas ejecutar el ejercicio de forma óptima.

Cómo evitar lastimarse la espalda en la rutina de la natación

Si bien es cierto que el nado es una disciplina para todos, también es verdad que tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de hacer una rutina acuática, y es que nuestra columna vertebral resulta muy sensible ante movimientos no bien realizados o por forzarla de más. Más aún, si tienes ciertas molestias o afecciones regulares en esa parte del cuerpo, entonces hay que seguir una serie de consejos para no lastimar nuestra espalda:

  1. Antes que cualquier cosa, es preponderante acudir con un especialista en dicha disciplina, para que acorde a las necesidades, logre adaptar una rutina acuática para tu cuerpo.
  2. Como todo deporte o actividad intensa, es trascendental adoptar una ideología progresiva. Si vamos por ahí haciendo natación de manera indiscriminada, entonces muy probablemente te dañarás, y aparte no obtendrás alguna evolución de tus rutinas.
  3. Por último, no hacer movimientos de más, y procurar estabilizar nuestra postura, manteniendo una posición horizontal en los ejercicios.

Nuestra región lumbar es importantísima para nuestra calidad de vida, si sufrimos de nuestra espalda, hay que asesorarse con especialistas médicos y deportivos, solo así haremos un uso de nuestra piscina lo mejor posible.

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