Mantener óptimas condiciones de temperatura es indispensable dentro de pabellones deportivos, ya que las variaciones considerables pueden afectar el rendimiento de los deportistas. Los propietarios de los pabellones suelen adquirir dos opciones para mantener calientes las instalaciones en temporadas o áreas frías: calefactor infrarrojo para techos y suelo radiante. ¿Cuál es la mejor opción? Continúen si desean descubrirlo.
¿Cuál es la mejor opción?
Sin duda, los calefactores infrarrojos de techo, que deben conocer, son los más convenientes cuando se trata de calentar grandes pabellones deportivos para múltiples usos. Destacan en muchos aspectos, como economía, seguridad, comodidad y facilidad de mantenimiento, por lo que cada vez más propietarios los instalan. ¿Por qué, entonces, hay personas que optan por el suelo radiante? Nos parece una tendencia curiosa, ya que no son competitivos en comparación con los calefactores infrarrojos.
La calefacción por suelo radiante mantiene caliente la superficie del piso y el aire sobre él y es ideal para muchas aplicaciones. Por ejemplo, se recomiendan para hogares, oficinas, tiendas u otras instalaciones de menores dimensiones. Al ser los pabellones deportivos más grandes y tener diferentes requisitos, no son compatibles con el suelo radiante.
Lo más importante es garantizar que tanto espectadores como participantes se mantengan cómodos a temperatura ambiente. Usualmente, los jugadores están en la zona central y los espectadores en bancos escalonados que se elevan por encima del nivel del suelo. Un calefactor de suelo radiante entrega calor desde el piso y de forma directa a los pies de los jugadores, lo que causa condiciones de carga a bajo nivel, que no son adecuadas para el deporte.
Por otra parte, los espectadores en los niveles altos obtendrán solo beneficios residuales a medida que sube el calor desde el suelo. Se trata de una situación de desequilibrio, ya que los espectadores, al no estar activos, requieren más calor que los jugadores.
Por otra parte, la calefacción radiante o infrarroja colgante, que se diferencia de la calefacción por convección, mantiene a todos calientes por igual. Esto se debe a que se suspenden en los techos a grandes alturas y emiten radiación infrarroja desde un punto adecuado para calentar a las personas y objetos a su paso. Los espectadores se mantendrán calientes en cualquier momento y, si alguien siente mucho calor, puede modificarse el valor de la temperatura o apagar el equipo de forma remota para que la temperatura disminuya casi de inmediato.
La calefacción infrarroja: la mejor opción para grandes entornos
Un calefactor infrarrojo no calienta el volumen de aire del pabellón, por lo que es una opción económica. Los niveles de consumo energético pueden disminuir más si se tienen varios componentes y se controlan las zonas. De esta manera, se garantiza que las zonas que no están en uso permanezcan sin calefacción, sin comprometer las áreas colindantes.
Ahora bien, la flexibilidad es crucial para calentar pabellones deportivos de forma económica. Los periodos largos de calentamiento son un desperdicio energético, pero la calefacción infrarroja hace que las personas se sientan calientes casi de inmediato. Por otra parte, la calefacción por suelo radiante requiere mucho tiempo para calentar grandes instalaciones y, una vez calentadas, tardan mucho en enfriarse.
Los calentadores industriales infrarrojos queman el combustible de forma eficiente en la zona de uso, en cambio, el suelo radiante necesita una instalación separada para las calderas. Las últimas no son tan eficientes por sí mismas, especialmente si operan de forma constante, además hay pérdidas de calor en la transferencia de energía entre la planta y los tubos subterráneos.
Pero ¿qué ocurre con los efectos de ambos sistemas en las estructuras de pabellones? Los sistemas infrarrojos se colocan en la parte superior, a pocos metros de distancia de las personas y objetos que calientan, sin riesgo de daños al equipo o edificio por sobrecalentamiento. Por otra parte, la calefacción por suelo radiante actúa de forma directa sobre la superficie del suelo. Necesita al menos 27 °C para lograr temperaturas óptimas para deportistas y espectadores. Con el tiempo, ese valor tendrá efectos perjudiciales sobre el revestimiento del piso.
Hay un caso conocido en la industria de calefacción, que ocurrió en una escuela en el norte de Gales. El pabellón medía 640 m2 y se equipó con un sistema de suelo radiante para remodelarlo. Esto causó resquebrajamiento después de poco tiempo y se tuvo que cambiar todo el sistema por razones de seguridad. En su lugar, se colocó un sistema infrarrojo, lo que derivó en buenos resultados.
Si los beneficios mencionados no son suficientes para optar por la calefacción infrarroja en pabellones deportivos, consideren el costo. Instalar un sistema de suelo radiante vale hasta el doble que el sistema infrarrojo. Sin duda, eso les convencerá de este excelente producto que obtendrán con H2O TEK.
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