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¿Por qué son una excelente inversión las calderas hidrónicas?

5 septiembre, 2018

Descubran por qué vale la pena adquirir calderas hidrónicas

La calefacción hidrónica, se entiende como aquel calentamiento que se da a través de ciertos sistemas que son capaces de transportar calor desde un punto de generación, el cual es obtenido por medio del agua.  Estos incluyen puntos de distribución, que pueden ser radiadores, zoclos radiantes,  piso radiante, etcétera. Tal tipo de sistemas, dentro de sus características, son muy sustentables debido también a sus costos por lo que son una fuente de calor sumamente confiable.

En esta nueva entrada de nuestro blog, les diremos algunos motivos por los que  vale la pena invertir en una caldera hidrónica. No olviden contactar a nuestra firma, H2OTEK, si están interesados en adquirir este producto. Sin más que agregar, ¡comencemos!

La calefacción hidrónica, además de sus precios sumamente económicos, presenta una característica duradera (la cual, si es atendida con mantenimientos periódicos, puede durar muchos años), asimismo, es un tipo de sistema de calentamiento que al ejecutarse  por medio de una caldera se da de manera silenciosa; esto debido a que esta calefacción es libre de ventiladores costosos y ductos que emanan mucho ruido.

Tal método calefactor también se caracteriza por ser sumamente limpio ya que durante su ejecución no transporta malos olores ni polvo de un lugar a otro, asimismo, la calefacción hidrónica es flexible y constante debido a que puede cubrir varios muebles sin la necesidad de tener salidas de aire caliente ni bloqueos de registros. De igual forma su instalación es sencilla y se puede aplicar incluso en casas que ya estén construidas.

Su eficiencia radica en el hecho de que su constitución está formada por tubos pequeños lo que nos permite tener pocos o incluso nulos escapes de calor, es por esto y más que la calefacción hidrónica tiene múltiples ventajas por las que vale la pena su inversión. Mencionemos a continuación tales ventajas con mayor detalle para que se convenzan de adquirir este maravilloso producto:

  1. El calor es limpio

El calor que ofrece este tipo de calefacción se forma por medio de radiación y convección, de manera natural y amable, con estos métodos no se producen arrastres de bacterias ni polvo pues no hay aire forzado de por medio, este tipo de calor también es responsable de la reducción de irritaciones y alergias que suelen producirse por el movimiento y agitación del aire que regularmente si se producen por otros tipos de calefacción.

Con los calentadores hidrónicos no existen ductos que limpiar por lo que tampoco existirán los problemas en la calidad del aire en interiores, los cuales se producen por el efecto de calefacción hecha por ductos de aire caliente.

  1. El calor es silencioso.

Como ya mencionamos anteriormente, los métodos de radiación y convección son métodos naturales capaces de distribuir el calor dentro de una o varias habitaciones, de manera totalmente silenciosa, el diseño de los pequeños ductos además de no permitir la salida del calor hace que la distribución se dé de manera silenciosa en todo momento.

Este tipo de calefacción solo usa tubos de medidas muy pequeñas; con esto los sistemas son cerrados y perfectamente purgados por lo que no es posible escuchar cómo corre el agua que pasa por dentro de las tuberías, en los edificios y hogares que cuentan con sistemas de calefacción de tuberías de ducto o calefacción central, se escucha el ruido del agua corriendo constantemente, como también el ruido provocado por el aire que sopla de forma constante aun cuando el sistema se encuentra apagado.

Estos ruidos se transmiten sistemáticamente a todas las habitaciones, también los olores se llevan a todos lados, de la cocina al baño y del baño a la sala, las conversaciones inclusive pueden transmitirse, lo que sucede en el total de los ductos dentro de la instalación.

  1. Fácil de manejar

La calefacción hidrónica se instala en cualquier parte sin ningún inconveniente esto debido a las calderas modernas, que proporcionan mejoras. El empleo de estas es eficiente, duradero y sobre todo silencioso así como libre de contaminación.

Si le añadimos el hecho de que estos sistemas consumen muy poca energía crecen los beneficios, pues para mover el calor, el agua emplea mucho menos energía que el aire (unas 3400 veces menor) por tanto el volumen de agua que se requerirá será menor.

Este es calculado por el mismo sistema además de la misma exigencia y requerimiento que se vayan generando al momento de su utilización. El agua es impulsada por pequeños recirculadores de muy baja potencia que radica casi siempre entre ¼ HP.

  1. Calor seguro

El calor que producen los sistemas hidrónicos es de calor constante, y fácil de manipular al tacto, por  lo que se mantendrán tibios y libres de quemaduras e irritaciones,  además de mantener al margen los peligros de flamas o electrocuciones por lo que se presenta como un sistema seguro para los niños y las mascotas.

La caldera que se emplea en estos sistemas es fabricada con intercambiadores más durables y pesados, pues en los sistemas de aire caliente con el tiempo se van generando emisiones de monóxido de carbono entre otros gases que son distribuidos por todo el inmueble, generando intoxicaciones.

A pesar de esto no está del todo exento de generar gases, pues estos sistemas pueden hacerlo también a lo largo del tiempo. Sin embargo estos gases no serán transportados por todo el inmueble.

Este tipo de calefacción por sus características resulta sumamente versátil, ya que los nuevos diseños en calderas permiten no sólo tener agua caliente para la calefacción, si no también son capaces de distribuir agua caliente para usos domésticos al mismo tiempo, todo con tan solo la instalación de un solo equipo.

Su eficiencia es notable en comparación con otros sistemas de calefacción tradicionales que tenían una eficiencia del 55%, mientras que los calefactores hidrónicos tienen una eficacia del 75%. También la vida útil de estos últimos es más amplia, de unos 30 años, mientras que los calefactores de tanque convencionales tienen una vida útil de 8 a 12 años. ¿Necesitan un ejemplar? Entonces contacten a nuestra firma H2OTEK. ¡Gracias por su visita!

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