Generalmente la calidad de un producto agropecuario, y, sobre todo, uno de gran rareza como es la yuca, se verá atada a ciertos factores para su distribución y consumo. En ese sentido, el control de humedad y temperatura, a través de desecantes o humidificación, según sean las necesidades.
Al menos en condiciones de laboratorio, la mandioca con determinadas dimensiones de espesor y diámetro, una verdura meramente tropical, se ha expuesto a aire caliente, bajo diversas condiciones operativas. Se deseaba observar cómo incidía la velocidad de viento y los distintos rangos de temperatura, para observar las curvas de secado más ideales, en un tiempo determinado, -regularmente 4 horas y media-. La humedad que se alcanzó en algunas de las pruebas, fue de poco menos de 5%.
Los fenómenos cinéticos en el comportamiento de secado todavía se están comprendiendo, puesto que su incidencia resulta diferente en cada alimento agropecuario. Se sabe que la yuca al ser un producto biológico con un rango de humedad entre 60% y 65%, se producen potenciales pérdidas en la postcosecha, precisamente por el mal manejo y en algunos casos, un desconocimiento absoluto en cómo se debe tratar este manjar sudamericano. Además de la morfología de la mandioca, también se deben considerar parámetros como humedad relativa, temperatura y velocidad del aire. Si los mecanismos empleados no son suficientes, entonces habrá que tomar en cuenta otros métodos, como secado al aire libre, siempre y cuando las condiciones climáticas sean favorables para el secado; este método se usa comúnmente en la costa colombiana, pero si en algún momento se puede obtener ayuda de dispositivos deshumidificadores o sistemas de secado especiales para el bien del producto, será mucho mejor.
Se han usado modelos empíricos newtonianos y logarítmicos dentro del secado de alimentos, ayudado por representaciones matemáticas en lotes enteros de productos, para por lo menos ayudar al entendimiento del comportamiento de algunos alimentos agrícolas, invariablemente afectados por las condiciones climáticas postcosecha.
Como se ha mencionado, un método común es el secado natural de la yuca en el suelo, sin embargo, esto depende del clima regional y largos periodos de secado. Precisamente, las pruebas de laboratorio sirven para determinar los parámetros cinéticos del secado de dicha verdura, y así, se puedan implementar esos métodos en sistemas industriales desecantes o las clásicas bandejas de secamiento, las cuales han mostrado resultados favorables en cuanto a las curvas de secado y sus valores cinéticos.
Las investigaciones han sido tan relevantes, que empresas de almidón de mandioca, han puesto sus productos a prueba, con un método científico eficiente. Por ejemplo, antes de empezar las pruebas, es necesario establecer el peso inicial en seco de la yuca, y así discernir los parámetros de humedad inicial. Obviamente debe haber una selección y clasificación de producto, con su respectivo lavado, pelado y corte. Posteriormente, se prepara el medio de desecación, ya sea en bandejas o cámaras de determinadas medidas, y con capacidades de carga en razón de varios kilogramos. Los controles y motores trifásicos deben programarse para gestionar los caudales de aire y su velocidad, con frecuencias que aprovechen cabalmente los transmisores duales de humedad/temperatura, con sus debidas escalas o rangos de temperaturas, al igual que los porcentajes de humedad, que deben fluctuar desde el 0 hasta el 100%. Las muestras se recabarán en moldes cilíndricos. Son muchos los parámetros a revisar, ayudados por medidores como potenciómetros y anemómetros, entre otros dispositivos, sirviendo para checar realmente el comportamiento de la mandioca en ambientes controlados. Eso arrojaría la mejor forma para desecar el producto.
Lo importante de todo, es el cuidado postcosecha de la yuca y verduras similares. Eso solo se logra con el buen control de humedad y temperatura, así como el uso de mecanismos especiales debidamente controlados, como deshumidificadores y similares.