Uso de nebulizadores y desinfectantes para evitar propagación de microorganismos
Los procesos de higiene responden a directrices básicas de sanidad que cualquier ciudad debe tener bien planeada y ejecutada. Ante la constante aparición de brotes y olas de contagios de cualquier tipo de virus, como el COVID-19 y otros más, es esencial que lugares públicos y laborares no estén expuestos, porque impactan fuertemente la economía local y global. No solo es un problema de organismos públicos, sino también de entes privados para salvaguardar la integridad de las personas.
La sanitización es el conjunto de procedimientos y operaciones de limpieza superficial y profunda, cuyas implicaciones siempre serán necesariamente la aplicación de agentes desinfectantes, por cualquier método, ya sea de forma manual o por medio de aspersores, como los nebulizadores y otros mecanismos. El saneamiento como se le puede llamar, es vital para mantener una calidad de aire interior respirable, pero esos procedimientos también se deben proyectar a la misma urbanización.
Desinfección de áreas comerciales
Uno de los espacios más vulnerables a la proliferación de virus y bacterias, que se pueden ver agravadas por la alta afluencia de personas, es la tienda departamental, abarrotes, etc. La pasada de escoba no es suficiente, porque si bien, la mayoría de partículas dañinas vienen en el polvo, la realidad es que existen microorganismos ocultos, que solo a base de desinfectantes e incluso cañones de nebulización, se pueden erradicar hasta en un 99%.
Así es, es 1% o menos, queda como margen, lo cual da la significancia que implica ser constantes con la sanitización en todos sentidos. Pero no solo eso, ya que la climatización ambiental es preponderante, donde la ventilación natural o mecánica debe ser impoluta.
Generalmente para la desinfección, las autoridades recomiendan el hipoclorito de sodio diluido al 0,1%, lo que prácticamente vendría siendo lejía. Si no se cuenta con ello, el etanol suele ser otra alternativa, al igual que el alcohol etílico con una concentración del 75%.
Si bien, estos procesos pueden ser ejecutados por uno mismo, lo mejor es que el personal de limpieza sea el operador de este tipo de productos, debido a su experiencia en su manejo, y en la operatividad de las máquinas, como los nebulizadores industriales. Los cuales, estos son excelentes para la desinfección de área, es decir, que poseen la capacidad de llegar a varios rincones, donde incluso es difícil para la mano humana.
Dependiendo de las políticas de sanitización de cada empresa, el proceso para limpiar y sanitizar, se pueden realizar por separado, sobre todo cuando se combaten brotes de SARS-CoV-2 u otros virus. Pero también puede ser un solo proceso que tenga la doble acción de limpiar y desinfectar; por ello, la importancia de contar con nebulizadores u otras máquinas similares, para completar los procesos.
El punto clave de todo esto, es la eliminación total de residuos y suciedades, que representen un riesgo para todo el proceso, haciéndolo casi inefectivo. Y si, se corrobora que en determinado ambiente ha habido una persona con Covid-19, entonces se debe proceder con todo el procedimiento para limpiar y desinfectar dicha área.
Los protocolos de saneamiento pueden diferir dependiendo del lugar y cantidad de personas infectadas. Generalmente, aquellas empresas que han tenido varios empleados con el virus, suelen ejercer una sanitización extraordinaria, muy diferente a otras áreas que no han estado confirmadamente expuestas.
Las áreas expuestas como mínimo, deberán limpiarse con agua común y detergentes o jabones. Ya con protocolos más avanzados, los cuales todos deberían tener, entonces habrá una aplicación de productos especializados, como el mencionado hiploclorito de sodio, etanol y alcoholes.
Asimismo, es fundamental adoptar otra tecnología, dada por nebulizadores, sistemas de aspersión y que estos, puedan diseminar los productos desinfectantes de forma adecuada.