Uso práctico y medicinal de la alberca en casa para práctica del deporte en personas con discapacidad
La natación adaptada es una disciplina en la cual personas con discapacidades físicas, visuales o intelectuales pueden competir y las clasifican dependiendo de la discapacidad en cuestión. Esta es una práctica que se viene dando desde los años 50’s y se materializaron con los primeros juegos paralímpicos en la ciudad de Roma, Italia.
Obviamente prepararlos para tales competencias implicaría una práctica cuya disciplina es necesaria, por ello si se tienen personas con ciertas discapacidades en el hogar, se podría instalar una alberca y tal vez contratar a un especialista en este tipo de deporte, para que el futuro deportista acuático practique en la comodidad de su hogar, en lo que se va adaptando para competir en competencias regionales, nacionales e internacionales.
Clasificación de la natación adaptada por categorías en piscina
- La categoría 1 a 10 son para personas con discapacidades físicas, siendo uno el menor grado de discapacidad y 10 el más importante. Los criterios de clasificación pueden ser variados, donde implique la falta de miembros, lesiones espinales, parálisis cerebral o afecciones congénitas.
- La categoría 11 a 13 son para personas con discapacidades visuales, siendo 11 la gente con ceguera total y el 13 con pérdida visual parcial, por lo que los competidores enrolados en tal categoría deberían portar antifaces para que no tengan una ventaja deportiva al tener una percepción lumínica del área acuática.
- La categoría 14 son para personas que tienen dificultades para aprender cuestiones intelectuales.
Ahora, también la práctica de la natación adaptada en pileta no debe tener una índole de competitividad, en la cual tal vez la persona nunca se sienta a gusto; sin embargo se podría adaptar el medio acuático para que el paciente practique en sus horas libres, claro, siempre con el cuidado médico que se precise y la guía de un especialista en natación especial.
Beneficios de la natación adaptada en piscina para niños con parálisis cerebral
Control de la respiración en alberca
Uno de los problemas que enfrentan los niños con parálisis cerebral, es por la capacidad de controlar su propia respiración, debido a cuestiones físicas (muscular) y psicológicas (miedo y ansiedad). Si la pequeña o pequeño comienza a dominar su propia respiración, se erradicarían esas extrañas respuestas musculares que lo llegan a lastimar física y emocionalmente.
Por otro lado, está el reflejo de la apnea, una condición humana que nos enseña a cerrar la glotis de forma automática cuando estamos nadando y así, no traspase el agua hacia los pulmones. En definitiva, este es un tipo de control que deben aprender los niños con parálisis; esto se aprenderá con práctica, cuando el paciente está en constante contacto con el agua, tanto en boca como fosas nasales.
Cuando se logre el control respiratorio, el control muscular mejorará, permitiendo respuestas más dinámicas por parte del menor. Eso se reflejará en una disminución de condiciones mentales negativas.
Integración sensorial en piscina
Para contrarrestar la incapacidad de la integración de estímulos al recibirlos de factores externos, mediante la natación, se pueden ir eliminando esos miedos a actividades nuevas y desafiantes para el niño con parálisis.
La estimulación para obtener confianza y seguridad se irán dando progresivamente conforme haya práctica en la comodidad de la alberca. En cuanto a los estímulos, estos deberían ser proporcionados primeramente por un profesional o especialista, y ya después como familia, participar en el proceso.
Progreso de madurez emocional del niño con parálisis cerebral a través de actividades en piscina
Para que los pequeños pacientes con parálisis tengan una madurez emocional progresiva, es necesario que poco a poco se sepa adaptar a todo lo que lo rodea, y así adquirir tolerancia conforme a las situaciones de su entorno.
Para esto, hay varios puntos en los cuales se debe trabajar a fondo. El primero y muy importante, que papás, hermanos y familia cercana hagan lo posible por integrarse a sus sesiones; de esa forma el paciente se sentirá más seguro.
Otro factor a considerar es que se le facilite una estructura de ejercicios con un orden lógico y fácil de ejecutar, con ejercicios en suelo firme, luego en alberca de pequeñas dimensiones, para luego pasar a una más extensa; dentro del régimen debe estar el hábito de ducha después de nadar y el manejo de vestuario. De esa manera se le va creando un entorno integral satisfactorio en el aspecto emocional.