Control de humidificadores, purificadores y aire acondicionado
Cuando se trata de priorizar escenarios adecuados para el desenvolvimiento de la vida humana, invariablemente deberemos recurrir al tema de la calidad ambiental percibida en interiores. Hace décadas, nos vendieron la idea que, a través de la climatización doméstica o industrial, la calidad de vida del humano se incrementaría, independientemente de los gases refrigerantes nocivos de la época, hasta que vinieron una tercia de científicos -Molina, Sherwood y Crutzen- a desmitificar eso. Los eventuales laureados al premio Nobel de química por sus aportaciones ecológicas, en el descubrimiento del agujero en la capa de ozono del antártico, dejaron en claro las causas de tal evento desafortunado para la humanidad, siendo uno de los factores determinantes, los gases utilizados -clorofluorocarburos- en la industria de la refrigeración y climatización de la época.
Aún hoy en día, es posible que en algunos mecanismos se encuentren gases -tal vez no tan nocivos-, pero sí de consideración en un determinado lapso de uso. Por lo que mejor es adoptar sistemas con tecnología no tan dañina, con eficiencia energética y otras bondades. Como sea, aquí están tres poderosas razones por las cuales no se debe de prescindir de un monitoreo constante en la calidad del aire interior en edificios, ya sea a través de mecanismos de climatización como aire acondicionado, calefacción, humidificadores, etc., o por medio de aireación natural.
Posiblemente, el aire percibido del exterior ya no sea la única solución para la purificación de interiores
Dicha aseveración es un tanto difícil de aceptar cierto es, pero también habrá de decir, que la afirmación está sustentada en ciertos factores. Es posible que, en tiempos antiguos, cuando la ventilación era a través de canalización del aire exterior hacia los interiores de las cámaras, era la mejor idea, puesto que presumiblemente había menos contaminación, cambios climáticos y menos fluctuaciones en el intercambio de calor, frío y humidificación. En la actualidad, eso podría verse en riesgo, debido a los cambios inherentes en las estaciones cada vez más extremas y extendidas, la sobrepoblación y, sobre todo, por los cambios atmosféricos debido a la actividad industrial y la polución generada de la misma.
Todo eso se traduce en la necesidad de tratar los caudales de aire que ingresan del exterior, proyectándose en costos elevados energéticos para dicha tarea. Definitivamente respirar aire exterior en estos días, supone hacerlo fuera de los límites permisibles por la Organización Mundial de la Salud.
La calidad del oxígeno respirado en interiores influye positiva o negativamente en el desempeño humano
Sobre todo, tratándose en áreas de trabajo con alto estrés térmico. Esto de acuerdo a investigaciones de prestigiosas universidades como la de Harvard. Tan solo se debe pensar en cómo una actividad medianamente trabajosa y estresante, es capaz de hacer trabajar el sistema endocrino y el metabolismo del cuerpo, reflejándose en la transpiración humana. El sudor posee la capacidad para regular nuestro organismo y refrescarlo, pero qué pasa cuando el ambiente tan caluroso y extremo, nos lleva a límites más allá. Pues invariablemente el cuerpo responderá con repentinos desvanecimientos o desmayos. Incluso es capaz de afectar directamente el desempeño laboral. Ahora, si a todo eso se le añade el factor de contaminación ambiental, será peor la situación. Siempre será recomendable monitorear el aire acondicionado, y hacer uso correcto de humidificadores y purificadores.
Un correcto control de la climatización en interiores, otorga bienestar integral en todas las épocas del año
Todo se resume a obtener el confort térmico sin sacrificar el aire puro necesario para la calidad de vida. Si es un caluroso verano, simple y sencillamente los parámetros ambientales se balancean con el buen uso de la humidificación y desecación, por medio del clima en frío del mecanismo. Mientras que, en invierno, la calefacción con el correcto humidificador, propiciará el ambiente que se precisa. Una ligera desviación en los parámetros de climatización interna, llevará a un estrés normal, seguido de un mal desempeño de actividades normales o laborales.