Temazcales como forma de cultura, medicina y religión
Desde tiempos muy remotos, donde las culturas crecían en el centro de Mesoamérica, se desarrollaba una de las prácticas mas antiguas que aún en nuestros días sigue siendo una latente tradición, estamos hablando del temazcal, proveniente del náhuatl Temazcalli. Su origen data más allá del siglo XVI, cuando fue documentado por los españoles y se hicieron descubrimientos de ellos en ruinas antiguas dentro de los centros ceremoniales, encontrando una estrecha relación de ésta práctica con el juego de pelota.
La tradición señala la importancia del temazcal en procesos curativos y de índole medicinal, algunas culturas utilizaban este baño húmedo para curar enfermedades relacionadas con sarpullidos, como el sarampión, los piquetes de mosquitos, incluso el paludismo, las hinchazones o las afecciones de la piel, sobre todo si provocan comezón o urticaria. Otra de sus funciones era de aliviar el cansancio y provocar un estado de relajación, es conocido también por aliviar los dolores de parto, incluso algunas mujeres que habitan en la ciudad después de dar a luz regresan a sus casas para aliviar el dolor con un vapor caliente, como ha sido costumbre en algunas regiones.
Por su uso con altas temperaturas funciona como un esterilizador y cicatrizante, permitiendo eliminar las toxinas del cuerpo, así como las células de piel muerta. Los antiguos daban un dictamen de cómo y cuando debía tomarse este baño húmedo, especificando que antes de entrar al vapor las personas pueden bañarse con agua fría, pero después de esto esta prohibido hacerlo en el transcurso de tres días. Puede beber durante y después del baño un poco de cerveza o agua hirviendo, el agua fría está completamente prohibida. Hay que esperar a que se baje el calor del día, es decir que no se puede tomar el baño de las cuatro de la tarde a un poco antes del anochecer, para que el calor del sol no se combine con el calor del vapor. Cuando se toma el baño se introduce una cubeta con agua fría o al tiempo, para que poco a poco se vaya vertiendo con una jícara sobre la hornilla caliente creando de esta forma el vapor. La temperatura suele ser tan elevada que es importante no exceder los quince minutos, se debe entrar y salir del baño aproximadamente tres veces.
El baño de vapor para los antiguos era sagrado porque en él se representaban la tierra, el agua y el fuego, elementos que lo convertían en un lugar muy delicado y muy especial. Uno de los rituales es “levantar la tierra”, que consistía en quitar el miedo y el espanto, primero se inscribía una cruz en la tierra y bajo la misma cruz se marca con agua para después dibujarla en el cuerpo de la persona que sufría del miedo, posteriormente se le limpiaba con un huevo. Finalmente a través de los rezos se le ofrecía a San Cristóbal y a Santa Cristina, copal y aguardiente para llegar a la reconciliación y de esta forma perder el miedo.
Actualmente la calidez del vapor se emplea en diversos casos y para muchos usos, pero conociéndola y desenterrándola de la tradición, veremos la magia que en ella se encuentra, su antigüedad, su alcance y su majestuosidad milenaria.