El Invierno conlleva a una venta importante de calefactores, todos queremos poner a tono las habitaciones o recintos en los que pasamos largos periodos, ya sea para dormir o para trabajar, el frío se pone incómodo cuando estamos inactivos, ya que la circulación sanguínea es una de las más afectadas en estas épocas y por lo tanto dificulta algunas actividades.
Es muy bueno contar con un calefactor en este tiempo pero debemos considerar varios factores para no tener consecuencias severas en la salud de nuestra piel por una exceso en la exposición a los efectos de la calefacción.
En primer lugar es importante tener un diagnóstico del tipo de piel que tenemos, ya que hay diferentes calidades de esta, una son mayormente vulnerables a ciertas condiciones climáticas y otras menos, la piel gruesa y la piel delgada tienen diferentes formas de adaptarse al ambiente y partiendo de esto es que usted debe saber en qué condiciones de salud se encuentra su piel.
Existen diferentes tipos de calefacción y dependiendo de la que usted haya decidido instalar en su recinto es que tiene una acción o repercusión, los calefactores eléctricos que calientan por medio de una resistencia montada en una fibra de arcilla son más propicios a resecar el ambiente y esto puede provocar serios problemas en su piel si usted tiene una piel delgada que retiene menos la humedad, peor aún si existe alguna enfermedad crónica.
Es importante que usted no exceda el tiempo de exposición y a su vez la intensidad con la que usted programa su calefactor, como dijimos los calentadores de resistencia son de los que más resecan el ambiente, ya que absorben potencialmente la humedad por el tipo de materiales con el que están construidos, por lo tanto la piel se ve extremadamente afectada, también las vías respiratorias sufren daños, (pero es un tema que trataremos en otro artículo).
Los radiadores de gas pueden despedir por la combustión gases que pueden ser muy tóxicos después de una larga exposición y puede provocar irritaciones en la piel y algunos tipos de alergias para personas sensibles o con alguna predisposición a los tóxicos que se generan.
En el caso de este tipo de radiadores, pueden existir mucho más complicaciones por los siguientes aspectos: Hoy en día nuestros hogares cuentan con muchos elementos que propician la formación de bacterias y ácaros, las alfombras, las paredes empapeladas, la contaminación del aire en las grandes ciudades, estas bacterias pueden desarrollarse mejor e incluso otras por la combinación de algunos de los gases con estos micro organismos pueden generar reacciones extrañas y riesgosas en la piel.
Primero será importante que usted tenga a la mano un termómetro de ambiente, la temperatura no deberá de excederse de los 21° o 23° dependiendo del frío al que esté expuesto el exterior y por otro lado la humedad del ambiente interno no deberá de moverse del 50% o 70%.
Es importante que tome ciertas precauciones en los tiempos a los que se expone al calor y mejor sería que haya variaciones en la temperatura, descendiendo esta en ciertos momentos para no saturar mucho de calor.
Por otro lado será importante que usted no se exponga a cambios bruscos de temperatura, por lo tanto si usted tiene la necesidad de salir al exterior dónde el cambio puede ser drástico, será mejor que vaya descendiendo la temperatura del clima interior paulatinamente antes de exponerse al frío.
La piel se reseca fácilmente, es bueno que en este tiempo haga uso de creams protectoras con un índice equilibrado de humectación, no bañarse con agua muy caliente y cuidar que sus equipos estén en buen estado, los radiadores de gas cuando se han dañado, pueden producir contaminantes de alto grado.