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Calefaccion

La temperatura es uno de los factores que más influyen en el estado de los seres vivos, en construcciones y en procesos de producción específicos, es por ello que se han desarrollado distintas técnicas para crear espacios con condiciones ambientales controladas en los que, entre otras cosas, se pueda regular el nivel de calor. Particularmente en el caso de los humanos, la temperatura interviene en el desarrollo de los procesos metabólicos que determinan nuestro estado de salud y además dicta nuestro nivel de confort en ciertos espacios, de ello que sea tan importante tener un control sobre ella, sobre todo cuando supera los rangos mínimos y máximos aceptables

Como es bien sabido, tanto el calor extremo como el frío intenso pueden generarnos, además de incomodidad, múltiples problemas de salud. Esto depende de qué tan sensibles seamos a las variaciones de temperatura, pero en la mayoría de los casos es el descenso de temperatura lo que más llega a afectar el estado de salud físico y emocional de una persona. Durante el invierno y en la temporada de lluvias, utilizar prendas abrigadoras y pasar la mayor parte del día al interior no son medidas suficientes para mitigar el frío ni los efectos que tiene sobre nuestra salud, por lo que se tiene que recurrir al uso de equipos y sistemas de calefacción especiales para contrarrestar los efectos del frío.

Los calefactores irradian calor hacia el espacio en el que se instalen y pueden funcionar por gas, electricidad, energía solar o agua. Las tecnologías que se emplean en su diseño y manufactura responden a las distintas aplicaciones para las que fueron creados, ya sea para uso residencial, industrial, en naves de producción avícola, invernaderos, viveros o en procesos de producción de productos de la más diversa índole. En este sentido, las dimensiones, capacidad y potencia de un calefactor varían enormemente de un modelo a otro y según las necesidades particulares del sitio en el que se instalarán, puede optarse por usar un calefactor independiente o bien, instalar un sistema complejo que permita la automatización del funcionamiento del mismo.

Para uso residencial, los calefactores más comunes son los modulares que funcionan por electricidad, pues son fáciles de usar y altamente funcionales. A estos calefactores se les conoce como radiadores y entre sus particularidades se encuentra el que sean fáciles de transportar de un lugar a otro y su versatilidad, ya que se adaptan perfectamente a cualquier tipo de decoración. Son un tipo de calefactor que no emiten ruido, sin embargo, presentan un alto gasto energético y sin la adecuada supervisión pueden llegar a causar accidentes. Para evitar los riesgos más comunes del uso de radiadores se recurre a los calefactores de convección de calor, aparatos que se instalan en el techo y que al igual que los calentadores modulares, son silenciosos, pero son mucho más seguros. El único inconveniente con este tipo de calefactor es que calienta la construcción y seca el aire, por lo que su uso se tiene que complementar con un humidificador.

Los dos anteriores son calefactores que resultan una excelente solución para quienes viven en una zona en la que el frío sólo se presenta durante una corta temporada del año y en la que las temperaturas no llegan a descender mucho, pero para aquellas construcciones ubicadas en lugares en los que se presentan heladas y en los que la temperatura baja mucho durante la noche, la mejor alternativa puede ser instalar un sistema completo de calefacción. Estos sistemas pueden ser eléctricos o hidrónicos y basarse en los radiadores que ya describimos anteriormente, o bien, en un sistema de tuberías por el que circula agua caliente que transfiere su temperatura hacia la habitación. Los sistemas hidrónicos han cobrado mucha popularidad en los últimos años pues son seguros, eficientes, ahorran energía y a diferencia de otros sistemas, no transfieren el calor a la construcción sino a las personas que se encuentran en ella.

Además de los sistemas para uso residencial existen equipos especiales para instalarse en invernaderos y terrenos de producción agrícola, esto con el fin de garantizar que la temperatura sea la adecuada para el desarrollo de las especies vegetales que ahí se produzcan y para contrarrestar los efectos que las heladas tengan sobre la producción. En este sector se emplean estufas, sistemas de piso radiante y zoclos hidrónicos, especialmente, aunque también se utilizan los calentadores eléctricos de aire forzado que permiten que el aire caliente circule uniformemente. Los calentadores eléctricos de aire forzado, además sus aplicaciones en producción agrícola, se emplean en almacenes, naves industriales, en salones, bodegas, eventos al aire libre en carpas y en diferentes procesos de producción industrial que requieran de un control sobre la temperatura. Son equipos portátiles que proporcionan calor limpio y libre de olores de manera instantánea y gracias a su diseño el aire caliente se proyecta a largas distancias, aunque ofrecen mayor eficiencia si se usan en espacios cerrados.

Para elegir el sistema o equipo calefactor adecuado se debe partir del cálculo de la potencia requerida para una necesidad de calentamiento específica. Esto depende de muchos factores, desde las dimensiones del área, sus condiciones ambientales, de si se trata de un espacio cerrado, de los materiales con que está construido y de la temperatura deseada. Asimismo, se tiene que contemplar el gasto energético que exigirá la calefacción y que en muchos casos podría resultar necesario hacer modificaciones estructurales en el lugar en el que se instalará el sistema.

En H2OTEK contamos con lo más sofisticado en sistemas de calefacción y equipos calefactores. Visita nuestro catálogo para conocer la línea de productos que ponemos a tu disposición o contáctanos, con gusto te brindaremos la asesoría que necesitas en la elección del sistema que se adapte a las necesidades de tu proyecto.

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