La industria de la carne y lácteos constantemente están en situaciones complicadas de conservación, donde la calidad de su almacenamiento es bien monitoreada por las autoridades, y más cuando pueden surgir brotes de contaminación sanitaria.
Precisamente, los mecanismos de deshumidificación por rotor, son dispositivos que sirven para mantener los niveles de saturación atmosférica en las zonas de almacenamiento de cualquier alimento, también ayudando a controlar los caudales de ventilación. En esencia, ayudan a mantener un ambiente sano y puro dentro de los almacenes de carne y lácteos; eso obviamente un experto en tal tema lo sabe.
Pero, es importante recordar los niveles de humedad relativa para que el almacenamiento de la carne y productos lácteos, sea el óptimo. Por ejemplo, dentro de las industrias de la carne, cuando se trata de guardar carne no empaquetada, no importando si es a corto o largo plazo, es esencial que la cámara posea una humedad relativa del 85-90%; lo mismo va para la carne refrigerada y sus derivados en bloques.
Los productos semi-ahumados, como la panceta salada semi-ahumada y salchichas como la Cabanossi, por mencionar algunos ejemplos, deben ir almacenados con 75% de humedad mínima, y un 78% de humedad máxima. Para la carne ahumada (embutidos, pescados, entre otros) es considerablemente menor, la humedad relativa ideal en la cámara debe oscilar entre los 23 y 35%. Esto significa que en algunas áreas específicas, la función del desecante por rotor va a ser más requerida que en otras.
En los productos cocidos y ahumados como los alimentos con diámetros pequeños, precisarán una saturación de entre 75 y 78%. En cuando a las hierbas aromáticas para preparación de carnes, al igual que los condimentos que le dan sabor, necesitan de un rango de humidificación entre 70 y 75%.
Deshumidificador para cubiertas y materiales auxiliares
Existen otros objetos de almacenamiento que precisamente no son alimentos, pero están muy relacionados con la industria de la carne. Por ejemplo, las cubiertas ya sean naturales, de colágeno, con fibras, poliamidas o hechas con celulosas, requerirán de una humedad entre el 60 y 70%, lo mismo va para las cubiertas y rejillas. Otros materiales auxiliares como las cuerdas y cadenas, deberían estar guardadas en un ambiente con saturaciones más bajas (14-17%). En ese sentido, la deshumidificación tendrá que ser sustancialmente diferente para estos materiales.
Deshumidificador para productos derivados de la leche y la industria láctea en general
Los productos de este tipo por lo usual, requerirán de humedades relativamente altas. La leche condensada azucarada y requesón, deben estar almacenados con una humedad entre 70 y 80%, mientras que el queso (curado en nevera con 12 meses) precisa de un 75 y 80%. Por otro lado, la leche normal y la que es en polvo, demandan saturaciones atmosféricas que lleguen hasta el 75%, de forma casi exacta, sin fluctuaciones. La mantequilla de un 60 a 70%, la nata azucarada condensada de un 65 a 75% y las medicinas en forma de cápsulas o jarabes, solicitan una humedad considerablemente baja con respecto a los demás productos, de un 30 a 45% de humedad relativa; es importante que en esa zona en específico, haya mecanismos de deshumidificación para mantener el microclima estable.
Ventajas de instalar deshumidificadores en áreas de carnes y lácteos
Para lograr un control de climatización en esta clase de industrias, los desecantes o humidificadores según sea el caso, ayudarán a propiciar un ambiente sano, para personal y para las instalaciones de producción en general, al igual que las de almacenamiento.
Asimismo, auxilia para que los productos terminados adopten un mejor acabado en sus componentes y empaques, al haber una condición higiénica óptima en las instalaciones, mecanismos y rodamientos. Obviamente aunado a un control de humedad por medio de desecación, para evitar los molestos condensados, así como la propagación o dispersión de moho, bacterias y otros contaminantes.
Además, dependiendo del modelo de deshumidificador, podrían haber mejoras en cuanto al uso de la energía eléctrica, y no depender tanto de otros mecanismos de climatización más agresivos.