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Los daños de la piel atópica en niños y cómo evitarlo mediante hidratación, humidificación y ambientes más frescos

21 agosto, 2019

La utilidad de los humidificadores o purificadores de aire en la casa

Existen enfermedades que a simple vista no nos parecen la gran cosa, y justo cuando las dejamos pasar, se abren posibilidades de agravarse. ¿Usted sabía que nuestra piel es extremadamente sensible a ciertos factores, y más en los niños? Estadísticamente, la piel atópica afecta por los menos al 20% de los infantes, entre los que se encuentran los bebés y niños pequeños, aunque claro, el adulto no está exento ante tal problemática.

Para cuidar a nuestra familia ante los síntomas de tal afección, es necesario seguir unas recomendaciones, que los mismos dermatólogos estipulan tajantemente. Primero veamos más a fondo esta enfermedad.

Se trata de una afección crónica en la piel, muy relacionada con el famoso eccema. Generalmente, se presentan como descamaciones y erupciones cutáneas. Una de las principales causas es por predisposición genética, donde los nenes más pequeños, no alcanzan a desarrollar esa barrera natural que tiene la piel, lo que los hace muy susceptibles a las condiciones climáticas externas y hasta internas. Esto sin duda les genera demasiadas molestias a su tierna dermis, y los síntomas primarios es la hinchazón, comezón y enrojecimiento.

¿Cuáles son las causas o factores más comunes dentro de la piel atópica en niños y adultos? ¿Cómo se puede prevenir o controlar?

  1. Uno de los principales factores son los climas secos, que son más normales en épocas invernales, aunque también se presentan en regiones desérticas durante el verano. En cualquiera de los dos casos, se aconseja mantener las habitaciones con una buena humedad, sin llegar a que esta sea excesiva. Los humidificadores son una gratificante opción.
  2. Químicos y materiales irritantes. Estas causas son más comunes de lo que uno cree. Esto se debe a la excesiva utilización de limpiadores o jabones para la higiene del hogar, y muchas veces no estamos conscientes de todos los químicos que poseen tales productos, la irritación es tal, que a veces no es necesario estar en contacto directo con los líquidos, sino que con los puros vapores, podrían acarrear daños a la salud, sobre todo en los más pequeños. Hay que regular el uso de tales productos, y tal vez optar por limpiadores más orgánicos o neutros; esto también aplica para los productos de cuidado personal, como jabones y desodorantes. Además, el uso de sistemas de purificación, extracción, ventilación o humidificación para remover indicios de contaminación por químicos, nos ayudará a tener un espacio más sano y respirable.
  3. Uso desmedido de agua caliente. Ya sea a través de las duchas o natación, el agua es capaz de irritar pieles sensibles. Es normal, porque después de todo, nuestra dermis va perdiendo sus propiedades de protección. Para contrarrestar eso, hay que usar ciertas cremas dermatológicas, con previo consentimiento de un médico.
  4. Estrés o ansiedad. Las emociones mal encausadas pueden ser un catalizador importante para la aparición de la piel atópica, por ello, los adultos no estamos exentos de tal problemática, aunque será más visible en los pequeños; hay que cuidar la salud emocional de los niños.
  5. Contaminación ambiental. Ya sea del exterior o del mismo interior de la casa, los contaminantes que lamentablemente respiramos a diario, generan muchas reacciones alérgicas que se pueden volver crónicas, como esta clase de eccema. Los que por genética están destinados a contraer dicha enfermedad, deben tener mucho cuidado en su control, ya que por el momento no se conoce una forma de prevenirlo ni curarlo en su totalidad. En ese sentido, para estas personas, es esencial que su entorno esté muy sano, con aire puro respirable, donde nos podemos ayudar de plantas purificadoras, purificadores de aire, humidificadores, deshumidificadores, pero sobre todo, limpieza absoluta, que no haya polvo o suciedad en las superficies comunes.

La ventaja del humidificador en el cuarto del niño o bebé

Esta clase de trastorno disminuye conforme se va creciendo, sin embargo no desaparecerá. Es obvio que afecta a los menores con más severidad. Es necesario que mantengamos a los niños debidamente humectados, con cremas e incluso aceites especiales, previamente aprobados por el dermatólogo de confianza. Dicho sea de paso, se recomienda evitar vestirlos con ropa de lana o nylon, porque los puede irritar.

A eso, le podemos añadir un efecto humectante dentro de sus habitaciones con ayuda del humidificador, para mantener su piel fresca, al igual que sus fosas nasales. ¡Ojo!, no quiere decir que los niveles de humedad en su entorno deban estar por los aires, ya que los ácaros de humedad y los mismos hongos derivados de una saturación excesiva, también potenciarían la piel atópica en niños; hay que tener un medidor de humedad, para controlar los valores atmosféricos.

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