Las plantas, independientemente de su origen, requieren de ciertas condiciones básicas para su sobrevivencia, sobretodo en los primeros días de vida.
Con la finalidad de que una mayor cantidad de plantas superen las primeras fases de desarrollo y puedan convertirse en plantas maduras se crearon los viveros, espacios en los que se tiene un control sobre las condiciones ambientales creando el entorno más favorable para el crecimiento de las plantas.
Los viveros son un conjunto de instalaciones construidas con la finalidad de producir plantas y las albergan desde la primera fase de crecimiento hasta que cuentan con la fortaleza y tamaño suficientes para ser trasplantadas al sitio en el que pasarán el resto de su vida hasta la madurez.
Es durante las primeras semanas de desarrollo que las plantas son más vulnerables a los factores ambientales y en un sistema de producción es imprescindible contar con un vivero en el que se asegure que la planta pueda sobrevivir.
Para ello, dentro del vivero se controla la temperatura, la luz, la humedad y la cantidad de dióxido de carbono y a continuación explicaremos algunas de las técnicas más utilizadas para el manejo eficiente de estos factores.
- Temperatura.
La regulación de la temperatura al interior de un vivero se puede dar por sistemas de enfriamiento y por sistemas de calefacción, dependiendo de la región en la que se encuentre la instalación y su clima. El control de temperatura por enfriamiento se puede hacer mediante el riego, técnica que está limitada en gran medida por la hora del día.
Esto se debe a que por efecto de la luz solar la radiación rebota dentro de las instalaciones aumentando la temperatura al interior (efecto invernadero), lo que hace mucho más complicado bajar la temperatura del vivero.
Existen otras técnicas de enfriamiento que requieren de equipo especial que se encarga de reemplazar el aire caliente absorbiendo el calor del ambiente. La ventilación por convección es una de estas técnicas y se compone de ventanas en la parte superior y lateral del vivero que se accionan automáticamente para permitir el flujo del aire caliente hacia el exterior y su renovación con aire fresco.
El uso de ventiladores extractores de aire también es bastante utilizado pues fuerza la salida del aire favoreciendo su recirculación. Y finalmente se encuentra la técnica de enfriamiento por evaporación que consiste en ventiladores que fuerzan el paso del aire a través de un medio poroso que conserva la humedad en el aire y enfría el ambiente.
Los sistemas de calefacción para regular la temperatura basan su funcionamiento en el control del movimiento del calor y puede darse por agua caliente o por generadores de aire caliente. En la calefacción por agua, el líquido caliente es distribuido de manera cíclica por un sistema de tuberías instalado en el suelo o debajo de las mesas que por el principio de convección irradian el calor hacia el ambiente.
Por su lado, los generadores de aire caliente pueden funcionar por diferentes combustibles y estar conectados a sistemas de circulación de aire para lograr una mejor distribución del calor dentro del vivero; estos sistemas pueden instalarse a nivel del suelo o suspendidos en el techo. Ambos sistemas se pueden automatizar, regularse con un termostato e incluso programarse para determinar la temperatura diurna y nocturna.
- Humedad.
El control de la humedad se logra mediante el uso de un equipo de humidificación o de deshumidificadores, especialmente en estructuras cerradas. La humidificación resulta necesaria en las regiones de clima árido y en la temporada de invierno, pues por el uso de sistemas de calentamiento el aire se seca y es necesario aportarle un nivel de humedad apropiado para el desarrollo de las plantas.
Los equipos más utilizados para la humidificación de un invernadero son los nebulizadores y de las características del cultivo dependerá el tamaño de las partículas nebulizadas que aporten humedad al ambiente.
Por otra parte, los deshumidificadores comúnmente sólo son utilizados después del riego incluso en las regiones que presentan una alta humedad. Si bien, existen equipos especiales para la deshumidificación de viveros, los productores acostumbran utilizar las técnicas de ventilación para disminuir el nivel de humedad al interior de las instalaciones.
- Luz.
Como es bien sabido, las plantas requieren de luz solar para nutrirse pero no todas la necesitan en la misma intensidad, calidad y duración, algunas son más sensibles a sufrir daños por la exposición al sol que otras.
Es por ello que el control de la luz es indispensable y se puede lograr mediante técnicas de sombreado, en las que se instalan mallas y pantallas de sombreo que pueden automatizarse pero se deben tener en cuenta otros factores, como la relación de la luz con la temperatura, antes de diseñar el sistema de sombreado adecuado. Además, se puede recurrir a iluminación artificial, ya sea fotosintética o fotoperiódica.
La luz artificial fotosontética complementa la intensidad de la luz solar requerida por las plantas durante la temporada de invierno. Mientras tanto, la iluminación fotoperiódica es empleada para modificar las horas de luz al día y es la más utilizada en los viveros.
Para evitar que las plantas entren en dormancia, es decir, que suspendan su desarrollo temporalmente retrasando su crecimiento. Usualmente se automatiza el sistema de iluminación artificial tanto en duración como en el momento en que se activan y apagan las luces.
- Dióxido de carbono.
Para satisfacer las necesidades de CO2 de las plantas al interior del vivero, se puede inyectar el gas desde un tanque presurizado distribuyéndolo a través de tuberías perforadas. Lo recomendable es que se comience a incrementar el nivel de dióxido de carbono varias horas antes de que oscurezca cuando las ventilaciones estén cerradas y una vez que haya llegado la noche se apaguen los generadores de CO2 y se abran las ventilaciones.
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