Influencia tecnológica del humidificador en la agricultura sustentable
El uso indiscriminado de transgénicos ha venido en cierta medida, a desequilibrar el medio ambiente y la salud, en todos sentidos. Para empezar, esas modificaciones genéticas a frutos y legumbres, han venido a dañar sistemáticamente el organismo humano, al menos varias organizaciones de la salud, independientes, lo han demostrado, sin embargo todavía sigue siendo ignorado por la mayoría de las personas.
En cuestiones ecológicas, también han desestabilizado los suelos, afectando a la misma flora y fauna, faltando el respeto al medio ambiente totalmente. Sin embargo, la fertilidad de la tierra e incluso la eliminación de plagas, se pueden dar por métodos más naturales y biológicos.
Ahora más que nunca, debemos entender que desde la comodidad de nuestra casa, o incluso nuestra oficina, seríamos capaces de establecer nuestro propio huerto ecológico, para hacer crecer nuestras plantas de la forma más natural, con ayuda de humidificadores o pulverizadores, así como sustratos más naturales y el aprovechamiento de los recursos naturales.
Por ejemplo, para plantas, vegetales y frutos que requieren de una humedad importante, tan solo bastaría tener un circuito de agua, para que haya una recirculación, y así no gastar tanto en riegos. Igualmente con uso de humidificadores ultrasónicos, obtendremos la saturación necesaria para los huertos, de forma eficiente y sin gastar energía eléctrica en demasía.
Existen muchos modelos de agricultura orgánica o ecológica. Por ejemplo, está la agricultura biodinámica. Esta disciplina rompe con los métodos agrícolas convencionales, que solo buscan el sustento del ser humano, obviamente. Por otro lado, el proceso biodinámico, pretende integrar a las plantas, frutos, vegetales, animales y la misma tierra, como todo un ente para vivir una vida más sustentable y de calidad alimentaria, algo así como convertirnos en uno con la naturaleza.
La esencia de esta forma de cultivar, parte de la premisa que a la tierra, se le tiene que devolver todo lo que cultivamos para nuestro beneficio. Es decir, seguirla manteniendo fuerte en todos sentidos, por medio de nutrientes, agua o humidificación, entre otros aspectos.
Su creador fue un croata Rudolf Steiner, que también al ser filósofo, se preocupaba por la fortaleza de la tierra, no solo en un sentido meramente terrenal, sino también espiritual. Muchos agricultores alrededor del mundo siguen sus métodos a través de prácticas certificadas y reguladas por una agencia internacional muy importante.
Los pasos para tener una agricultura biodinámica, se pueden seguir en huertos normales o los que están hechos en la misma casa, con complementos básicos, como sustratos, luz uv natural o artificial, humidificadores, pulverizadores, etc.
Debe haber una integración entre las plantas y animales, donde estos últimos se alimenten de los plantíos, para que los mismos animales aporten el abono necesario para los demás cultivos. Es una especie de “tira y afloja”, que debe mantenerse en exacto equilibrio.
Si existen otros elementos que nos pueden ayudar para tener un ciclo agrícola perfecto, sin alteraciones biológicas o daños al ecosistema, adelante. De hecho, la misma tecnología podría ayudarnos, claro está, sabiendo manejarla bien, y que no salga como algo contraproducente para la ecología. Hay que tener en cuenta los ritmos de la tierra, su capacidad y tiempo de sanación, así como saber manejar los calendarios cósmicos que se vinculan con la agricultura, un regalo invaluable de nuestros antepasados.
Usar tecnologías para ayudar a crecer nuestros alimentos y plantas que auxilien a la sanación sistemática de nuestra comunidad, es algo válido, para ello están. Lo importante es saber usar tales sistemas, que no contaminen o estorben en el momento de sembrar y cultivar. En ese sentido, humidificadores para mantener la humedad de los cultivos, así como luces uv artificiales, tendrán que usarse con plena conciencia, y con el mantenimiento que implican dichas tecnologías.
Asimismo, el uso de sustancias animales y vegetales, como polvo de cuarzo, roble, manzanilla o hasta estiércol de un animal, deberá emplearse con sumo cuidado, si es que queremos renovar la tierra con tales minerales. De hecho, muchos también usan huesos pulverizados, intestinos y vejigas de animales, para que esa combinación sea aún más sustanciosa; prácticas que primero, tienen que asesorarse con un experto.