Por mucho tiempo se tenía pensado que la hidratación de semillas en la siembra, solo debía hacerse por el contacto del suelo húmedo, sin embargo, agricultores de diferentes partes del mundo, han observado la importancia de la humidificación integral en estas simientes.
Absorción para una mejor germinación. Este es un concepto muy popular en el sector agropecuario, pero que a veces es olvidado. Después de todo, lo deseado es obtener márgenes de ganancias sustanciosas, y eso sucede al maximizar cada semilla que germine, con las mínimas pérdidas en el proceso de crecimiento.
Cierto es… la ascensión del agua por el suelo a través de elementos capilares, es fundamental para la debida hidratación de la semilla. Pero, esta misma debe alimentarse también del rocío proporcionado por el aire atmosférico y su cantidad de humedad relativa presente. De hecho, agrónomos paquistaníes, han observado que la evolución en la germinación, es otorgada por la saturación atmosférica de la misma neblina. Esto no ha pasado desapercibido por especialistas en el tema, como una clara prueba del buen crecimiento en los cultivos.
En ese sentido, no es raro que, en los campos agrícolas, se ajusten a periodos de neblina o rocío dadas de manera natural. Y en caso de una ausencia, entonces empezar a emplear mecanismos especiales de humidificación, como los nebulizadores portátiles.
La clave radica en las limitaciones de los intercambios gaseosos entre la humedad del suelo y la atmósfera misma, enlenteciendo el secado del suelo. ¿Esto ayudaría al maíz a un óptimo crecimiento? Tal vez lo mejor sea seguir checando ese aspecto desde un punto de prueba. Lo que sí puede ser una realidad, es que la semilla de maíz precisa de un semillero con suelo cálido y buena ventilación, con una humidificación estable, invariablemente de las condiciones climáticas externas, y eso se logra con buenos cañones nebulizadores.
Uno de los objetivos claros, es la retención de humedad en los campos agrícolas para el óptimo ahorro de agua. Precisamente, la arcilla bentonita o bentonita de sodio, es un componente que posee mucha mineralización en su estructura, muy usado en cosméticos. Y también en el sector agrícola, el cual es beneficioso en la absorción de humedad, pero no para deshacerse de ella, sino para conservar el suelo arenoso en un estado húmedo, a medida que se hinche la arcilla. Su adición al suelo debe ir con un aporte de composta. Este elemento es muy usado para mantener rigidez entre el suelo arenoso y la estaca del cultivo. Esa es la primera solución en el piso, sin embargo, este proceso se complementa con la generación de neblina natural, o a través de nebulizadores.
Una humedad relativa baja en el aire, es perjudicial para la planta, viéndose interrumpida en el crecimiento. Esto se ve maximizado en cultivos específicos, como lo es el champiñón, al ser un hongo altamente higroscópico (90% de humedad). Si estos se encuentran con un ambiente muy seco, van a perder la humedad contenida de forma sistemática, hasta que finalmente pierdan masa y su subsecuente valor en el mercado. Lo mismo pasa con los plátanos, los cuales requieren de una humedad entre el 90 y 95%.
Las mismas papas precisan de un almacenamiento con un ambiente humidificado, no menor a un 85% de saturación atmosférica. Así pues, si usted necesita maximizar los ingresos de sus plantaciones, es preponderante mejorar los procesos de maduración y conserva con optimización el almacenamiento, y garantizar calidad; asimismo, debe permear un crecimiento saludable en los cultivos, y eso solo se logra con planes efectivos de nebulización y producción de niebla continua, a través de calendarización con periodos específicos, y la inclusión de cañones nebulizadores portátiles industriales.
