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LA TEMPERATURA IDEAL EN UNA ALBERCA

13 noviembre, 2015

Nadar es una actividad que puede traer muchos beneficios para la salud, ya sea que se practique como deporte, como una actividad recreativa o relajante, o bien, cuando se practica por recomendación médica o como una técnica de hidroterapia.

Sin embargo, es necesario que el lugar en el que se practique reúna ciertas características según los objetivos que se pretenden alcanzar y en el caso específico de las albercas, las características y condiciones del agua pueden controlarse por diferentes medios. Una de los factores que se deben regular en el agua de una piscina es la temperatura y por esta razón las albercas se equipan con calentadores, bombas de calor o con una caldera, que ayudará a mantener el agua a una temperatura agradable que nos permita ejercitarnos, relajarnos o rehabilitarnos tras alguna lesión o enfermedad.

En entradas anteriores hemos hablado de las propiedades del agua como agente terapéutico y de algunas de las técnicas utilizadas en hidroterapia para aprovechar tales propiedades, enfocándonos particularmente a la hidroterapia en piscina para el tratamiento y rehabilitación de lesiones por enfermedades o traumatismos que afectan al sistema musculoesquelético. Recordemos entonces que, según la temperatura a la que se encuentre el agua, los efectos que puede tener ésta sobre el organismo son distintos y al momento de regular el termostato de la caldera, calentador o bomba de calor de una alberca es importante que tengamos esto en mente.

El agua caliente tiene efectos analgésicos y sedantes, pues disminuye la velocidad de la conducción nerviosa y aumenta el umbral del dolor, además tiene un efecto antiespasmódico que aumenta el tono muscular y mejora el rendimiento en caso de que se aplique durante poco tiempo, de lo contrario el efecto es opuesto y ocasiona somnolencia y fatiga muscular. El agua caliente relaja, aumenta las funciones orgánicas, disminuye las contracturas musculares y estimula la liberación de endorfinas. El agua fría estimula la circulación de la sangre, aumenta la tolerancia al dolor, estimula los termoreceptores, mejoran el tono muscular, tiene propiedades antiinflamatorias y disminuye la pérdida de calor temporal, además de aumentar el ritmo cardíaco.

Una vez dicho lo anterior te daremos algunas recomendaciones respecto a la temperatura a la que debe estar el agua de la piscina cuando entrenes natación. Es importante que mencionemos que esto aplica de manera general, como recomendaciones de la natación como una actividad física y que en caso de que te interese comenzar a nadar por fines terapéuticos porque sufres de algún tipo de dolor o estás recuperándote de una lesión, lo mejor es que consultes a un fisioterapeuta, quien diseñará un programa de rehabilitación especial para tu caso.

Las temperatura del agua en una alberca por lo regular se encuentra entre los 27°C y los 30°C  durante la temporada fría del año, que puede ser de septiembre a mediados de marzo. Cuando hace calor la temperatura recomendable es de entre 21°C y 26°C. Para mantener la temperatura del agua no es necesario que siempre esté encendida la caldera o calentadores, especialmente cuando se trata de piscinas cubiertas y en caso de que no se esté utilizando la alberca lo mejor es apagar el sistema de calefacción para ahorrar energía.

Algunas personas gustan de entrenar en agua fría porque fortalece el sistema inmunológico y ayuda a acostumbrarse a la temperatura de las aguas abiertas. El cuerpo tiene mecanismos que nos protegen de diferentes factores y cuando entramos al agua fría nuestros vasos sanguíneos se dilatan para que aumente la temperatura de nuestro cuerpo, una vez que se ha aumentado la temperatura los vasos se cierran, lo que nos permite mantener el calor. Para entrenar en agua fría se recomienda ir bajando poco a poco la temperatura, sobre todo si estás acostumbrado al agua caliente, y que se use un traje especial de neopreno, sobre todo a temperaturas inferiores a los 15°C para evitar hipotermia.

Cuando el agua está muy caliente y supera los 33°C es mucho más difícil poder recorrer largas distancias pues rápidamente nos deshidratamos y sufrimos de fatiga muscular, por esto se recomienda que no se haga por períodos prolongados. Algunos deportistas que participan en competencias en aguas abiertas necesitan entrenarse en agua caliente para soportar la temperatura de los lugares cálidos pero se acostumbran paulatinamente y claro, tienen supervisión profesional.

Si no te entrenas para participar en una competencia lo mejor es que nades a una temperatura de entre 25°C y 27°C. En natación competitiva se reglamenta que la temperatura del agua debe estar justamente entre los 25°C y 27°C y para los entrenamientos de resistencia usualmente se emplea una temperatura de entre 28°C y 30°C. Por otro lado, con fines de rehabilitación se suelen emplear temperaturas más elevadas, de entre 31°C y 35°C, claro que el tiempo de inmersión es menor y no se exige una actividad física intensa.

Las calderas y calentadores para piscinas cuentan con un termostato y es muy importante que un profesional los instale y les dé un mantenimiento periódico para que se mantengan en buen estado. Como ya mencionamos, no es necesario que el equipo de calefacción esté encendido en todo momento y te sugerimos configurar el termostato a una temperatura ideal según la temporada del año y el tipo de uso que le darás a la alberca.

En H2OTEK tenemos lo mejor en equipo para calentar el agua de albercas, si necesitas de una caldera o calentador eléctrico o de gas te invitamos a consultar nuestro catálogo en línea y a contactarnos para recibir asesoría especializada en la elección del equipo que satisfaga tus necesidades.

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