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La acuaterapia para calmar los síntomas del párkinson (Primera Parte)

25 octubre, 2016

Beneficios de los ejercicios en piscina para la mejora del movimiento psicomotor.

En anteriores artículos ya hemos recalcado la importancia que tiene hidroterapia o acuaterapia en prevención o tratamiento de ciertas enfermedades o lesiones referentes a músculos, cartílagos y huesos de nuestro cuerpo humano.

Imaginemos por un momento que un familiar o amigo las padece, o nosotros mismos seamos propensos a tener una condición en la que se dificulten nuestros movimientos psicomotores por una causa u otra.

¿No haríamos todo lo posible por encontrarle una solución a estos padecimientos? Afortunadamente hoy en día existen varios medios que a base de terapia, podemos solucionar o por lo menos sobrellevar tales síndromes o afecciones.

El párkinson es una enfermedad degenerativa y crónica, o propiamente un trastorno en el movimiento. Esto sucede porque la dopamina que recibe el cerebro no es suficiente y no es una exclusividad genética, por lo que cualquiera puede padecerlo en algún momento de su vida.

Los síntomas o características de esta enfermedad es el movimiento lento de nuestras extremidades y cuerpo en general, dificultad para mantener una adecuada coordinación y equilibrio, una condición de temblor que sufren las extremidades, cara y mandíbula, así como falta de flexibilidad en el tronco del cuerpo y extremidades por igual.

La acuaterapia realizada en piscina sin duda es un ejercicio muy beneficioso para las personas que padecen el párkinson, tan solo la sensación de libertad y los movimientos suaves del cuerpo, permiten una relajación absoluta para el paciente.

Ventajas de los ejercicios en piscina para los pacientes de párkinson:

  • La ingravidez del agua de la alberca que ayuda a la flotación del cuerpo, ayuda a que mediante movimientos y resistencias, la masa muscular gane fuerza. Esto es importante ya que por lo regular los pacientes no se someten a ejercicio alguno por su obvia condición.
  • Los músculos se someterán a una elongación y relajación muy beneficiosa para contrarrestar lo más posible el músculo rígido.
  • Si se hace la terapia en una alberca con el agua un poco caliente, esto beneficiará el tono muscular y los dolores que aquejan esta afección se verán disminuidos.
  • Se mejora el aspecto sensorial del paciente, ya que siempre hay una respuesta a los movimientos del agua, y esto se irá mejorando conforme se camina cada vez más en la alberca.
  • El dinamismo del cuerpo se potencia de manera considerable, al tener una conciencia del medio acuático que rodea a la persona. El control psicomotor del cuerpo mejorará de forma muy positiva.
  • Por lo regular el paciente que padece el párkinson, dentro de sus síntomas sufre de una frecuente constipación, al menos más que una persona que no posee tal síndrome. Es por eso que después de realizar algunas terapias a base de agua, se han dado cuenta que su condición intestinal mejora sustancialmente.
  • La fuerza funcional y movilidad motora se ve incrementada.
  • Para la cuestión mental, la acuaterapia sirve como una panacea psicológica, ya que disminuye el estado depresivo y auxilia para que la persona no se sienta aislada del mundo.

Como precauciones para este tipo de pacientes se deberá considerar lo siguiente:

Antes de realizar cualquier actividad de rehabilitación acuática o de otra clase, es necesario que el especialista en el párkinson dé el visto bueno para que el paciente ejecute tal terapia.

El instructor debe ser muy profesional para tratar los ejercicios con el paciente en la piscina. El entorno puede resultar demasiado intimidante y por ello el entrenador deberá comenzar las prácticas acuáticas con paciencia y tranquilidad, dependiendo de la actitud de la persona enferma.

Cuando se acabe la sesión, se debe asegurar el instructor o el médico en cuestión, si el paciente al salir del agua se siente en buenas condiciones, muy cansado o con los músculos adoloridos, para saber si es necesario administrarle levodopa, que sirve para recuperar energías.

Al principio se puede mostrar inestabilidad en el equilibrio del paciente, por el entorno acuático nuevo. Es preponderante que se usen salvavidas u otro tipo de flotadores para evitar vuelcos indeseables en la alberca en lo que se acostumbra a su nueva actividad. ¡La seguridad es primero!

En el siguiente artículo hablaremos de otras condiciones especiales para realizar terapias de agua con el paciente de párkinson.

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