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QUÉ SON LOS NEBULIZADORES

1 octubre, 2015

Posiblemente en más de una ocasión hayas escuchado hablar sobre los nebulizadores pero si no sabes qué son ni cómo se utilizan, en esta entrada aclararemos tus dudas.

Un nebulizador es un aparato diseñado para administrar medicamentos en solución o suspensión vía inhalatoria, esto es posible gracias a que el aparato transforma el medicamento líquido en rocío que viajará en el aire para que el paciente pueda inhalarlo a través de una boquilla o mascarilla.

Existen dos tipos de nebulizadores: de compresor (o neumáticos) y ultrasónicos. Los de compresor son mucho más comunes y funcionan básicamente a partir de un compresor y una cámara de vaporización de la siguiente manera: el motor de la cámara de compresión hace que entre aire al nebulizador a través de un orificio equipado con un filtro que se encarga de impedir el paso de polvo, pelusa y cualquier tipo de partícula que pueda contaminar el medicamento o estropear el aparato.

El aire pasa por la cámara de compresión y sale comprimido a diferentes presiones para entrar a la cámara de vaporización, también conocida como cámara de dosificación. En esta cámara, se agita el medicamento en solución o suspensión en el aire comprimido, lo que hace que el líquido se desprenda en pequeñas gotitas que son llevadas hacia el exterior en el aire que llega al paciente en la mascarilla o boquilla.

Por otro lado, un nebulizador ultrasónico se compone de un oscilador de potencia, un cristal cerámico y en algunos casos, una cámara de agua. El oscilador transmite la energía al cristal, que es el responsable del fenómeno de cavitación que se da dentro de nebulizador, esto significa que se genera vapor a partir del movimiento de las partículas de líquido en el cristal. Los equipos que cuentan con una cámara de agua tienen una membrana móvil donde se coloca la medicina que, en los nebulizadores que no cuentan con esta cámara, se coloca directamente sobre el cristal cerámico.

Muchas personas llegan a confundir un nebulizador con un inhalador, pero como puedes ver, el funcionamiento de un nebulizador es mucho más complejo y es un aparato de tamaño mucho más grande que los inhaladores que caben en la palma de la mano. Si bien, existen inhaladores con dosificador que expiden el medicamento en forma de aerosol, éstos no requieren de electricidad ni baterías para funcionar y proyectan el medicamento de manera instantánea, ahorrando el tiempo que se tiene que esperar para que se lleve a cabo el proceso de nebulización.

Sin embargo, es importante resaltar que estos aparatos se usan para cosas diferentes y se deben seguir las indicaciones del doctor que, según las necesidades del paciente y las características de su padecimiento, determinará el aparato que se debe utilizar y la frecuencia del tratamiento.

En este punto es necesario que resaltemos la importancia de la atención médica especializada y que en ningún caso se recurra a la automedicación. Como hemos descrito, un nebulizador es un aparato creado para administrar el medicamento por vía inhalatoria y su uso está indicado para el tratamiento de enfermedades respiratorias, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC ), entre otras, que requieren de uso de medicamentos preventivos, para el tratamiento, o de rescate, en caso de que se sufra alguna crisis respiratoria.

Seguir las indicaciones de tu médico te ayudarán a mejorar el estado de tu enfermedad y a sentir alivio, por eso es de vital importancia que utilices el nebulizador con la frecuencia y dosis establecidas por un profesional y que el aparato reciba un mantenimiento continuo para asegurar su buen funcionamiento.

Son muchas las ventajas que presenta el uso de un nebulizador y entre las principales se encuentra la facilidad de uso para la administración de los medicamentos a pacientes crónicos y niños, pues basta con que la persona respire para que la medicina entre a su cuerpo. Al ser la respiración un proceso automático, las indicaciones que se tienen que dar al paciente son mínimas y ni siquiera resulta necesario que la persona coordine su respiración o que sea muy precisa con una técnica de inhalación.

En algunos casos, el nebulizador se llega a utilizar sin medicamentos, tan sólo con suero fisiológico que ayuda a mantener humectadas las vías respiratorias proporcionando un alivio al usuario. Para muchos, los mayores inconvenientes de usar este tipo de aparatos son el ruido que pueden producir y el tiempo que tardan en comenzar a expedir las nebulizaciones de medicamento, que pueden ser entre 5 y 10 minutos y por eso, en casos de crisis asmáticas, prefieren utilizar un inhalador.

Para utilizar un nebulizador es necesario que se conozcan las instrucciones de uso del fabricante, pues cada marca y modelo tiene ciertas especificaciones que se tienen que seguir para asegurar el buen funcionamiento del aparato.

Es importante que te laves perfectamente las manos antes de utilizarlo, que te asegures de colocar la cantidad de medicamento recetada y que luego de utilizarlo, laves y esterilices tanto el recipiente del medicamento, como la boquilla, y que los pongas a secar al aire antes de guardarlos para el siguiente tratamiento.

Los nebulizadores son realmente compactos y puedes tenerlos en casa sin ningún problema, además, como ya mencionamos, son fáciles de usar. En caso de que requieras viajar constantemente optar por uno que funcione por baterías puede resultar la mejor alternativa para ti. Te sugerimos que ante cualquier falla del aparato lo lleves a revisión pues así podrás evitar problemas en su funcionamiento que puedan repercutir en el estado de salud de quien lo usa.

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