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¿Es mejor el baño de vapor tradicional que la sauna infrarroja?

7 diciembre, 2016

El tema de la sauna húmeda o seca está tomando una gran relevancia hoy en día. Ya no es tan complicado acceder a este tipo de tratamientos, incluso el contar con una habitación especial en la misma casa.

Tal vez una de las diferencias entre un baño de vapor tradicional y una sauna infrarroja es en la infraestructura que se precisa para la implementación en una habitación o para emplazamiento, ya pensando en un negocio. En ese sentido, no se trata de ver cuál es mejor, sino qué tipo de baño húmedo o sauna encaja mejor con nuestros gustos o estilo de vida.

Diferencias entre la sauna infrarroja y el baño de vapor

Temperatura

La temperatura entre las dos clases de cabinas en teoría no es mucho, ya que el baño caliente y húmedo no debe sobrepasar los 70 grados centígrados, mientras que en un recinto infrarrojo, las temperaturas oscilan entre los 48 y 65 grados centígrados aproximadamente. La diferencia radica precisamente en el nivel de vaporización, ya que es un elemento que enaltece el calor corporal de la persona que entra en la zona.

El baño húmedo y vaporizado puede causar en el individuo cierto fastidio o incomodar sobre todo si el tiempo de terapia es muy prolongado, más aún se tiene que tener cuidado para las personas hipertensas.

Por otro lado, la sauna infrarroja incide directamente sobre el cuerpo, enfocando la energía calorífica para subir la temperatura del mismo, por ello el sudor puede ser más intenso.

Consideraciones y precauciones: para cualquiera de las dos opciones, es necesario revisar el manual del fabricante en caso de instalar un recinto de vapor o infrarrojo en casa, para ver bajo qué condiciones se manejan las temperaturas y humedades.

Humedad

Es más que obvio la diferencia entre una sauna húmeda y de infrarrojos, la saturación; la primera utiliza el rocío para envolver el ambiente del baño, y por ende la temperatura no será alta, en ese caso lo que cuenta es la sensación de la humidificación caliente, por otro lado, un recinto con infrarrojos, dependerá solamente de la potencia de sus calentadores o sistemas para la terapia en cuestión.

Energía eléctrica

Se podría decir que en cuestiones de gastos energéticos, una unidad infrarroja sale bien parada, ya que gasta un tercio de kilowatts comparado con una unidad vaporizada, sin embargo esto está sujeto a las condiciones y la calidad de los infrarrojos. Puede que la inversión sea más costosa si no se elige la tecnología infrarroja adecuada, hay que tener cuidado en ese aspecto.

Por otro lado, un baño de vapor tradicional podría acarrear más gastos de energía, sin embargo se pueden hacer los ajustes necesarios para que haya una optimización de la misma, siguiendo instrucciones o siendo debidamente informado por el fabricante.

Funcionamiento y efectividad

Ahora imaginemos que queremos emplazar un área de vapor considerablemente grande, tal vez de unos 5 x 5 metros. Esto puede significar que en algunas áreas específicas el vapor no alcance a ser uniforme o haya variaciones de energía calorífica, de ser así, se necesitará de un generador de vapor eficiente, para poder cubrir y satisfacer las necesidades de rocío.

Una sauna por infrarrojos se supone que tiene que tener bien cubierta el área, ya sea pequeña o grande, y es que dicha tecnología emiten una longitud de onda que debe ser pareja para la zona y que por consiguiente nuestro cuerpo reciba el calor para aumentar su temperatura. Sin embargo tendría que ser una instalación de la mejor calidad y hecho por profesionales competentes.

Cualquiera de las dos opciones son buenas, dependiendo ahora sí de nuestros gustos y necesidades. Como consejo, lo mejor sería probar primero algún spa para ver al menos cómo tendría que estar construido el proyecto que se vaya a emprender dentro de nuestro propio hogar.

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